“Tanto si crees que puede como si no, estás en lo cierto” Henry Ford.
Aunque conozcamos los beneficios de cambiar una manera de pensar y actuar, existe una fuerza inconsciente que nos dificulta el cambio.
Poseemos creencias que a veces no somos conscientes del bloqueo que suponen a la hora de crear nuevos objetivos y conseguirlos. Tanto las simples rutinas, como pensamientos o actitudes limitantes provienen de una repetición sucesiva en el tiempo que se ha quedado registrada en las redes neuronales de la memoria del cerebro y ya forman parte de acciones o creencias de nuestra zona de confort.
Para el cerebro cambiar, significa tener que crear nuevas redes neuronales y reforzarlas, como crear nuevas autopistas y circular repetidamente por ellas. Cada vez que realizamos algo diferente se crean estas nuevas carreteras cerebrales, sin embargo esta tarea aunque parece sencilla atenta contra los principios del cerebro, que son mantenernos en la zona de confort para salvarnos de futuros peligros y realizar un consumo mínimo de energía.
¿Cómo puedes ayudar a tu cerebro?
• Poner un alto nivel de atención activando nuestra conciencia y teniendo claro para qué se quiere realizar ese cambio, cuál será el beneficio conseguido y la pérdida de no llevarlo a cabo.
• Salir de la zona de confort, superando las señales de alarma que emite la amígdala, que se encargará de provocarnos sensaciones de miedo, incertidumbre, etc… asociadas a esta estimulación.
• Activar la fuerza de voluntad con recompensas que nos generen serotonina, para un estado de satisfacción u oxitocina, con estados de confianza y que nos permitan generar muchas repeticiones al producirse el deseo de estos premios, segregando neurotransmisores de dopamina o adrenalina que intensifican el deseo al cambio y motivarán para tomar acciones para ello. Esta es la manera en que se consolidará la nueva red neuronal.
Enfrentarnos a situaciones nuevas, supone consumir un alto nivel de energía y para el cerebro esto significa peligro para la supervivencia. Por ello se activan mecanismos cuyo objetivo es hacer que volvamos a la zona de confort o la situación conocida. Esto puede ser, volver a nuestros antiguos patrones de comportamiento o de pensamiento.
Por eso la ayuda de un coach puede ser muy beneficioso en estos momentos para facilitar el cambio y evitar que el efecto de estos mecanismos lo impidan.
En Zaidance, acompañamos en el proceso del cambio, clarificando los objetivos, los beneficios y costes, gestionando sencillos pasos, ayudando a que el cliente encuentre maneras de estimular los neurotransmisores que ayudarán a su cerebro a desear el cambio, y trabajando sobre el mismo cambio con distintos ejercicios aportando variedad y diversión, así como haría un entrenador personal a un atleta.
